Desde la oposición, funcionarios morenistas se empeñaron en combatir leyes autoritarias que buscaban un Estado espía, censor y cínico. Sin embargo, portando el guinda todo cambió.
Prueba de ello es la dirigente nacional de Morena, Luisa María Alcalde, que pasó de ser una férrea opositora a ser un elemento más del oficialismo que miente a México.
Es un reporte de Daniel Sangeado para Hechos.