- Inicia el cónclave para elegir al sucesor del papa Francisco en El Vaticano
- Los 133 cardenales electores serán encerrados en la Capilla Sixtina para emitir su voto
- La decisión se dará a conocer al mundo a través de una fumarola
Este miércoles 7 de mayo dio inicio el cónclave para elegir al sucesor del papa Francisco, quien falleció el pasado 21 de abril. La jornada comenzó con la misa “Pro Eligendo Pontifice” en la basílica de San Pedro de El Vaticano, presidida por el cardenal decano Giovanni Battista Re, en la que se reúnen los 133 cardenales electores antes de encerrarse en la Capilla Sixtina para empezar las votaciones.
Este 7 de mayo, a las 16.05 hora de Roma, sigue en directo la Procesión de los Cardenales desde la Capilla Paulina hasta la Capilla Sixtina y el ingreso en el Cónclave.
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Por la tarde, los 133 purpurados con derecho a voto por tener menos de 80 años, tendrán que acudir a la Capilla Paulina del Palacio Apostólico. Acto seguido, desfilarán entonando las letanías y el canto “Veni Creator” de invocación del Espíritu Santo hasta su encierro en la Capilla Sixtina.
Inicio del cónclave
Los cardenales entrarán a la Capilla Sixtina tras el juramento sobre el Evangelio. El maestro ceremoniero, Diego Ravelli, expulsará del lugar a toda persona ajena al cónclave con la fórmula en latín “Extra Omnes” y cerrará sus puertas.
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— Vatican News (@vaticannews_es) May 6, 2025
Los 133 cardenales electores votarán en la Capilla Sixtina aislados y a puerta cerrada. En la tarde de este miércoles se prevé el primer escrutinio y la primera “fumata”. El resultado de cada votación lo comunicarán al mundo a través del humo de la chimenea colocada en lo alto de la capilla. Si es de color blanco, significará que se ha elegido un nuevo papa, si es negro es que no ha habido acuerdo y el cónclave continuará.
Los cardenales votarán encerrados en la Sixtina cuatro veces al día, dos por la mañana y dos por la tarde. Por la noche dormirán en la Casa Santa Marta y otro edificio cercano, sin poder abandonar el territorio vaticano ni poder comunicarse con nadie externo.
