Un veterinario del condado inglés de Kent, en el Reino Unido, le practicó una cirugía dental a un pez erizo que sufrió un raro problema que le impedía alimentarse. El pez, de nombre Goldie, tenía problemas para introducir alimentos por la boca raíz de que tenía una dentadura demasiado crecida. El veterinario Daniel Calvo Carrasco determinó que la causa del problema fue su aversión a los alimentos con caparazón duro, que forman parte de su dieta básica y que sirven para desgastar su fuerte placa dentaria.
El doctor y su equipo de la clínica Sandhole realizaron una intervención médica urgente que consistió en cortar la dentadura superior a media altura. Para ello, sedaron a Goldie administrando un fármaco en su pecera, lo retiraron del agua y lo envolvieron en una toalla empapada para mantenerlo húmedo. Todas estas precauciones fueron necesarias para evitar que el pez se inflara, una respuesta común de este animal frente a situaciones en las que se siente amenazado.
El procedimiento se prolongó aproximadamente una hora, tiempo durante el cual el pez recibió agua oxigenada administrada por un tubo. Finalmente la intervención quirúrgica concluyó con éxito y dos horas más tarde Goldie pudo alimentarse sin ningún inconveniente por primera vez desde que comenzó el problema.
